La depresión es la negación del duelo, quien no quiere admitir el duelo y lo reprime, se petrifica internamente en la depresión. Si el duelo es tan grande que uno es incapaz de elaborarlo, la persona solerá retraerse en una depresión. La depresión es como un tiempo muerto que el alma se toma hasta que sea capaz de exponerse al duelo. La depresión, como huida del propio duelo, es el tema del pasaje de Emaus en Lucas. En este pasaje, la terapia de Jesús consiste en que permite primero que los jóvenes depresivos cuenten su vivencia de la pérdida. Nuestro estado de ánimo dependerá siempre de la interpretación de los acontecimientos. Y la interpretación dependerá de determinadas actitudes y aceptaciones surgidas de experiencias anteriores.
Las personas depresivas necesitan un acompañante que marche junto a ellas por el camino, que no huya de su duelo, que no les haga ningún reproche, sino que las tome en serio en medio de su duelo. La perdida que proyecta la depresión en la persona, libera de las ilusiones que se habían hecho de la vida, de la ilusión de poner todas sus esperanzas en una persona, de que todo tiene que resultar siempre como nos lo hemos imaginado. Sin embargo, al mismo tiempo, la perdida nos introducirá en una nueva dimensión, en la dimensión de la gloria de Dios.
La perdida ofusca nuestro corazón, no obstante, en medio de la oscuridad podremos comprender en verdad quienes somos, que Dios en persona vive en el fondo de nuestros corazones con su esplendor, que da a su vez, esplendor a nuestras vidas. La noche, con su oscuridad, es una imagen de la depresión. los jóvenes, del relato, sienten temor ante la oscuridad de la noche. Si se hace la noche en el alma, uno casi no podrá soportarse así mismo. El depresivo necesita a una persona que le acompañe hacia la noche, que no sienta miedo ante la oscuridad de su corazón. La persona depresiva necesita a alguien que se quede junto a ella en medio de su temor y su confusión interna por los sentimientos depresivos. La depresión tiene que integrarse bajo la bendición de Dios, entonces se transforma.
El modo en el que Jesús reacciono ante los dos jóvenes depresivos podría ser una imagen de la conducta del terapeuta o del padres espiritual ante las personas depresivas. Pero es también una imagen de cómo el depresivo debe relacionarse consigo mismo. Necesita a otras personas para salir de su depresión . Tiene que ser capaz de hablar de sí mismo y de sus experiencias para que su modos de ver pueda cambiar en la conversación con los demás.
El primer paso consiste en ver su vida bajo una nueva luz. Una característica esencial de la depresión, es que el mundo y todo lo que lo rodea se va distorsionando. Algunos se sienten responsables de todo. Muchos depresivos sienten que todo se ha confabulado en su contra y que ha recaído una maldición sobre sus vidas: nos hemos esforzado tanto, dicen, peo nada ha tenido sentido. Han ido a la Iglesia, pero Dios no los ha escuchado. No encuentran ninguna salida de esta visión exclusivamente negativa de la vida. Jesús nos enseña como primer paso de la curación que debemos cambiar nuestro modo de ver las cosas mediante la lectura de las Sagradas Escrituras.
Los depresivos suelen leer la biblia en cierto sentido, con unas gafas oscuras. Mediante la lectura de la Biblia se sienten confirmados de su visión negativa según la cual, Dios los ha castigado y ellos mismos son culpables de su estado, porque han atentado contra los mandamientos de Dios. El depresivo necesita un acompañamiento como Jesús, que le revele el sentido de las Escrituras.
El segundo paso importante consiste en que la persona depresiva se mantenga consigo misma. Precisamente por la noche, cuando todo esta oscuro en ella, tienen que entrar en su casa, en la casa de su corazón, para quedarse consigo misma. No debe abandonarse. Y debe rogar a Cristo que entre en ella y se quede con ella.
El tercer paso de la sanación se manifiesta en el hecho de que, el depresivo, tiene que romper con su modo de ver las cosas y las pautas con las que ha vivido hasta ahora. Una causa esencial de la depresión consiste en los puntos de vistaque no corresponden a la propia realidad. Hay muchas ilusiones que la persona depresiva tiene que quebrantar. El quebrantamiento causa dolor. Pero solo así estará abierta para una nueva visión de su vida y en definitiva, para Dios. El sentido último de la depresión consiste en abrirse para Dios. El quebrantamiento de nuestras ilusiones resquebraja también la coraza que nos hemos construido a nuestro alrededor. Así me abriré para mi verdadero yo, para la imagen original y genuina que Dios se ha hecho de mí.
El método terapéutico que Jesús aplico a los jóvenes de Emaús corresponde, aproximadamente, a la forma en la que la terapia cognitiva conductual trabaja con los clientes depresivos. Esta forma de terapia aborda la visión negativa del mundo y las distorsiones lógicas inherentes de la visión que el depresivo tiene de la realidad. Intenta no desvalorizar la argumentación de los clientes depresivos, sino que la acoge y la dirge cuidadosa y afectuosamente hacia una visión mas positiva del mundo.
El paciente depresivo se considera inadecuado e incapaz, procesa todas sus experiencias de forma negativa y cree que sus dificultades actuales perdurarán para siempre.
Este método terapéutico consiste en desenmascarar el esquema de pensamiento depresivo y sustituirlo por una visión mas positiva. A partir de una visión transformada, no queda lejos el paso hacia otra actuación. Si la depresión se interpreta bajo la luz de la Biblia como una oscuridad que Dios me ha exigido a modo de prueba, entonces podre manejarla de otro modo. Entonces no me condenare por mi depresión, sino que la entenderé como mi travesía hacia la luz
La perdida ofusca nuestro corazón, no obstante, en medio de la oscuridad podremos comprender en verdad quienes somos, que Dios en persona vive en el fondo de nuestros corazones con su esplendor, que da a su vez, esplendor a nuestras vidas. La noche, con su oscuridad, es una imagen de la depresión. los jóvenes, del relato, sienten temor ante la oscuridad de la noche. Si se hace la noche en el alma, uno casi no podrá soportarse así mismo. El depresivo necesita a una persona que le acompañe hacia la noche, que no sienta miedo ante la oscuridad de su corazón. La persona depresiva necesita a alguien que se quede junto a ella en medio de su temor y su confusión interna por los sentimientos depresivos. La depresión tiene que integrarse bajo la bendición de Dios, entonces se transforma.
El modo en el que Jesús reacciono ante los dos jóvenes depresivos podría ser una imagen de la conducta del terapeuta o del padres espiritual ante las personas depresivas. Pero es también una imagen de cómo el depresivo debe relacionarse consigo mismo. Necesita a otras personas para salir de su depresión . Tiene que ser capaz de hablar de sí mismo y de sus experiencias para que su modos de ver pueda cambiar en la conversación con los demás.
El primer paso consiste en ver su vida bajo una nueva luz. Una característica esencial de la depresión, es que el mundo y todo lo que lo rodea se va distorsionando. Algunos se sienten responsables de todo. Muchos depresivos sienten que todo se ha confabulado en su contra y que ha recaído una maldición sobre sus vidas: nos hemos esforzado tanto, dicen, peo nada ha tenido sentido. Han ido a la Iglesia, pero Dios no los ha escuchado. No encuentran ninguna salida de esta visión exclusivamente negativa de la vida. Jesús nos enseña como primer paso de la curación que debemos cambiar nuestro modo de ver las cosas mediante la lectura de las Sagradas Escrituras.
Los depresivos suelen leer la biblia en cierto sentido, con unas gafas oscuras. Mediante la lectura de la Biblia se sienten confirmados de su visión negativa según la cual, Dios los ha castigado y ellos mismos son culpables de su estado, porque han atentado contra los mandamientos de Dios. El depresivo necesita un acompañamiento como Jesús, que le revele el sentido de las Escrituras.
El segundo paso importante consiste en que la persona depresiva se mantenga consigo misma. Precisamente por la noche, cuando todo esta oscuro en ella, tienen que entrar en su casa, en la casa de su corazón, para quedarse consigo misma. No debe abandonarse. Y debe rogar a Cristo que entre en ella y se quede con ella.
El tercer paso de la sanación se manifiesta en el hecho de que, el depresivo, tiene que romper con su modo de ver las cosas y las pautas con las que ha vivido hasta ahora. Una causa esencial de la depresión consiste en los puntos de vistaque no corresponden a la propia realidad. Hay muchas ilusiones que la persona depresiva tiene que quebrantar. El quebrantamiento causa dolor. Pero solo así estará abierta para una nueva visión de su vida y en definitiva, para Dios. El sentido último de la depresión consiste en abrirse para Dios. El quebrantamiento de nuestras ilusiones resquebraja también la coraza que nos hemos construido a nuestro alrededor. Así me abriré para mi verdadero yo, para la imagen original y genuina que Dios se ha hecho de mí.
El método terapéutico que Jesús aplico a los jóvenes de Emaús corresponde, aproximadamente, a la forma en la que la terapia cognitiva conductual trabaja con los clientes depresivos. Esta forma de terapia aborda la visión negativa del mundo y las distorsiones lógicas inherentes de la visión que el depresivo tiene de la realidad. Intenta no desvalorizar la argumentación de los clientes depresivos, sino que la acoge y la dirge cuidadosa y afectuosamente hacia una visión mas positiva del mundo.
El paciente depresivo se considera inadecuado e incapaz, procesa todas sus experiencias de forma negativa y cree que sus dificultades actuales perdurarán para siempre.
Este método terapéutico consiste en desenmascarar el esquema de pensamiento depresivo y sustituirlo por una visión mas positiva. A partir de una visión transformada, no queda lejos el paso hacia otra actuación. Si la depresión se interpreta bajo la luz de la Biblia como una oscuridad que Dios me ha exigido a modo de prueba, entonces podre manejarla de otro modo. Entonces no me condenare por mi depresión, sino que la entenderé como mi travesía hacia la luz
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